CONSEJO
DIRECTIVO
Un entorno saludable promueven una buena salud
12/12/2012 2572El término Salud es definido por la Constitución de 1946 de la OMS como el caso de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. (*)
También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como en el macro (social). La salud laboral se construye en un medio ambiente de trabajo adecuado, con condiciones de trabajo justas, donde los trabajadores puedan desarrollar una actividad con dignidad y donde sea posible su participación para la mejora de las condiciones de salud y seguridad.
El trabajo puede considerarse una fuente de salud porque mediante el mismo las personas conseguimos una serie de aspectos positivos y favorables. Por ejemplo, con el salario que se percibe se pueden adquirir los bienes necesarios para la manutención y bienestar general.
En el trabajo las personas desarrollamos una actividad física y mental que revitaliza el organismo al mantenerlo activo y despierto. Mediante el trabajo también se desarrollan y activan las relaciones sociales con otras personas a través de la cooperación necesaria para realizar las tareas; el trabajo posibilita el aumento de la autoestima porque permite a las personas sentirnos útiles a la sociedad.
No obstante, el trabajo también puede causar diferentes daños a la salud de tipo psíquico, físico o emocional, según sean las condiciones sociales y materiales donde se realice el trabajo. Se puede evitar que el trabajo dañe a la salud, abordando los incidentes que de manera inesperada afectan, interrumpen y/o alteran el desarrollo habitual.
Salud y trabajo son dos aspectos estrechamente relacionados, un buen estado de salud permite el adecuado desarrollo de la actividad laboral y constituye la base para conseguir el bienestar en el trabajo.
Un entorno laboral saludable promueve una buena salud, que es un recurso primordial para el desarrollo social, económico y personal, así como una importante dimensión de los ambientes de trabajo. Es por esta razón que, para que exista un entorno laboral saludable, se debe promover la participación de todos los actores para controlar, mejorar y mantener la salud y el bienestar de los trabajadores.
Para generar un ambiente sano en el lugar de trabajo necesitamos dar lugar a:
1. La risa
Comúnmente, el humor es una muestra del bienestar. Las personas que se sienten cómodas con los compañeros de trabajo y tienen alegría en él exhibirán risa a través del día.
2. Compartir libremente ideas
Necesitamos un ambiente seguro donde compartir ideas. La mayoría de los empleados tenemos una opinión sobre cómo hacer cosas mejores. La carencia de la regeneración no solicitada del personal puede indicar que no se sienten seguros en la presentación de sus opiniones.
3. Los valores y lo que se espera de los empleados debe estar claro El personal debe saber qué se espera de él, acto fundacional dentro del contrato laboral. Los códigos de conducta, las expectativas del comportamiento en el trabajo y los valores profesionales se deben incluir en cada descripción de las funciones y repasar en cada evaluación de funcionamiento.
4. Orden, higiene y comodidad
Un ambiente estorbado, desorganizado no es sano. Un ambiente sano de trabajo es también cómodo. ¿Cuántas sillas tienen los empleados que rechazan sentarse porque son incómodas? Propiciar buenos olores con sahumerios, hornillos o perfumes ambientales estimula los sentidos. Hacer carteles o tener un cuaderno donde plasmar anotaciones tales como teléfonos, requisitos y demás información que otros pueden necesitar en caso de ausencias o simplemente para no repetir siempre lo mismo.
Crear un ambiente sano del trabajo es posible, pongamos manos a la obra y propiciemos con nuestro aporte personal al beneficio de todos.
(*) Por Griselda Hollman, psicóloga, integrante del Instituto de Capacitación de UPCN.
Nota publicada en la Revista Nº 21 Enlace Sindical
También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como en el macro (social). La salud laboral se construye en un medio ambiente de trabajo adecuado, con condiciones de trabajo justas, donde los trabajadores puedan desarrollar una actividad con dignidad y donde sea posible su participación para la mejora de las condiciones de salud y seguridad.
El trabajo puede considerarse una fuente de salud porque mediante el mismo las personas conseguimos una serie de aspectos positivos y favorables. Por ejemplo, con el salario que se percibe se pueden adquirir los bienes necesarios para la manutención y bienestar general.
En el trabajo las personas desarrollamos una actividad física y mental que revitaliza el organismo al mantenerlo activo y despierto. Mediante el trabajo también se desarrollan y activan las relaciones sociales con otras personas a través de la cooperación necesaria para realizar las tareas; el trabajo posibilita el aumento de la autoestima porque permite a las personas sentirnos útiles a la sociedad.
No obstante, el trabajo también puede causar diferentes daños a la salud de tipo psíquico, físico o emocional, según sean las condiciones sociales y materiales donde se realice el trabajo. Se puede evitar que el trabajo dañe a la salud, abordando los incidentes que de manera inesperada afectan, interrumpen y/o alteran el desarrollo habitual.
Salud y trabajo son dos aspectos estrechamente relacionados, un buen estado de salud permite el adecuado desarrollo de la actividad laboral y constituye la base para conseguir el bienestar en el trabajo.
Un entorno laboral saludable promueve una buena salud, que es un recurso primordial para el desarrollo social, económico y personal, así como una importante dimensión de los ambientes de trabajo. Es por esta razón que, para que exista un entorno laboral saludable, se debe promover la participación de todos los actores para controlar, mejorar y mantener la salud y el bienestar de los trabajadores.
Para generar un ambiente sano en el lugar de trabajo necesitamos dar lugar a:
1. La risa
Comúnmente, el humor es una muestra del bienestar. Las personas que se sienten cómodas con los compañeros de trabajo y tienen alegría en él exhibirán risa a través del día.
2. Compartir libremente ideas
Necesitamos un ambiente seguro donde compartir ideas. La mayoría de los empleados tenemos una opinión sobre cómo hacer cosas mejores. La carencia de la regeneración no solicitada del personal puede indicar que no se sienten seguros en la presentación de sus opiniones.
3. Los valores y lo que se espera de los empleados debe estar claro El personal debe saber qué se espera de él, acto fundacional dentro del contrato laboral. Los códigos de conducta, las expectativas del comportamiento en el trabajo y los valores profesionales se deben incluir en cada descripción de las funciones y repasar en cada evaluación de funcionamiento.
4. Orden, higiene y comodidad
Un ambiente estorbado, desorganizado no es sano. Un ambiente sano de trabajo es también cómodo. ¿Cuántas sillas tienen los empleados que rechazan sentarse porque son incómodas? Propiciar buenos olores con sahumerios, hornillos o perfumes ambientales estimula los sentidos. Hacer carteles o tener un cuaderno donde plasmar anotaciones tales como teléfonos, requisitos y demás información que otros pueden necesitar en caso de ausencias o simplemente para no repetir siempre lo mismo.
Crear un ambiente sano del trabajo es posible, pongamos manos a la obra y propiciemos con nuestro aporte personal al beneficio de todos.
(*) Por Griselda Hollman, psicóloga, integrante del Instituto de Capacitación de UPCN.
Nota publicada en la Revista Nº 21 Enlace Sindical
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