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Martín Miguel de Güemes

 17/06/2021   601
Martín Miguel de Güemes
El 17 de junio se conmemora el bicentenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes  , quien es considerado el héroe de la Independencia y una pieza clave en la estrategia del libertador General José de San Martín.
Martín Miguel de Güemes nació el 5 de febrero de 1785, en la ciudad de Salta, de padre español y madre criolla.  Con apenas 14 años, en 1799, comenzó la carrera militar inscribiéndose en la 6ª Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo con asiento en Salta.
Cuando en junio de 1806 se produce la primera invasión inglesa, el regimiento en el que Güemes servía como cadete fue convocado para auxiliar a Buenos Aires.  Llegó a ser ayudante de Santiago de Liniers quien en 1807 lo nombró teniente de su escolta. Pero al año siguiente, la muerte de su padre, lo obligó a regresar a Salta.
Güemes adhirió a la Revolución desde sus inicios.  Y en los primeros años se desempeñó en el Alto Perú en acciones destinadas a interceptar las comunicaciones enemigas. 
En 1811, le tocará proteger la retirada de Juan Martín de Pueyrredón, luego de la derrota de Huaqui.  Tras un período en Buenos Aires y Montevideo, durante el cual participa del sitio a la ciudad oriental hasta fines de 1813 y es ascendido a teniente coronel, vuelve a Salta y es entonces cuando inicia la formación de milicias gauchas en el marco de su plan defensivo de guerra de guerrillas, que lo hará pasar a la historia. 
En 1814, con su ejército campesino, Güemes detiene el avance del general realista Ramírez de Orozco, que había ocupado Jujuy, y lo fuerza a retroceder al Alto Perú.
Por su condición de hijo de una familia acaudalada y de prosapia, a Güemes no le costó ser aceptado por la elite local como jefe y acceder a posiciones de poder.  Y en 1815 es elegido gobernador de Salta.
Como general, creó el regimiento célebre conocido como “Los Infernales”, con el uniforme rojo que pasó a la historia y quedó asociado a su nombre.  Los Infernales adquirieron pronto fama y fueron admirados incluso por el enemigo en virtud de su destreza como jinetes, su velocidad de ataque y su gran capacidad para la emboscada y la retirada.
Entre 1812 y 1821, la frontera norte sufrió nueve invasiones realistas.  Las últimas seis fueron rechazadas por las milicias de Güemes.  Cuando en 1816, se produce la muy temida invasión realista, las tropas españolas no podrán ir más allá de Jujuy.

El plan de San Martín era que, una vez que él iniciara el avance por mar hacia Lima, Güemes lanzara finalmente una ofensiva sobre el Alto Perú.  En la organización de esa expedición ocupó el jefe salteño los últimos meses de su vida.  El Directorio lo había reconocido como jefe del Ejército de Observación pero no había respondido a su solicitud de respaldo financiero y logístico.
“A nada temo –decía-, porque jurado defensa la Independencia de América, y sellarla con mi sangre.  "Todos estamos dispuestos a morir primero, que sufrirán por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable".
"... Para Güemes era la característica de su manera de afrontar el combate contra fuerzas más numerosas y aguerridas. Mucho le debe haber dolido al entonces capitán Güemes esta injusticia pero continúa en el cumplimiento de su deber como militar".  (el término "injusticia" se refiere a la omisión en la Parte Oficial de la batalla, de la intervención que le cupo a los gauchos norteños por él comandados). 
"... Suipacha fue una victoria total, tanto que el ejército pudo continuar su marcha y llegar sin inconvenientes a la rica Villa de Potosí, siendo Güemes el primero en entrar, recibiendo los aplausos de la población".
"... Reunido todo el ejército allí, aprovechó don Martín la oportunidad para hablar con Castelli y reclamarle el olvido de Suipacha y la lentitud con que avanzaba el ejército, desaprovechando el momento psicológico para no permitirle al enemigo reorganizarse y hacer frente nuevamente".
"... No se sabe en que términos hizo este reclamo, sí se sabe que allí mismo se ordenó la disolución de la División de Salta y ordenó que sus efectos pasaran a integrar otras unidades de combate. Ciudad natal" 
Los primeros meses de 1821 fueron difíciles: enfrentado al gobernador de Tucumán, sufre además una rebelión interna en su propia provincia en reacción por la fuerte presión impositiva a que la había sometido para financiar la guerra, y el cabildo de Salta lo depone.  Esto es aprovechado por los españoles que apoyarán a sus adversarios internos.
Güemes recupera el poder en mayo, pero los españoles sitian Salta y el gobernador es herido cuando atraviesa ese cerco.
Muere el 17 de junio de 1821, como consecuencia de esas heridas, en Cañada de la Horqueta, cuidado por sus gauchos.  Está sepultado en la Catedral de Salta  .
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