Porque cada una de nosotras deja huella en nuestro quehacer diario, porque sin importar nuestra condición social, ideológica, económica o religiosa, todas pensamos que la igualdad social, política y económica es nuestro objetivo.
Mucho es lo que se ha logrado, pero no debemos bajar los brazos, no solo por nosotras, sino también por todas las dificultades que todavía no pueden levantar sus voces y salir al ruedo. Porque es necesario estar juntas, acompañadas, vivas y dignas, porque así somos quienes construimos nuestro propio futuro.
Como trabajadoras luchamos por la equidad salarial, la representación sindical, la participación en la actividad política, la igualdad de oportunidades y trato, la lucha contra la violencia, la discriminación y la no participación.