El 1 de julio de 1974 y a la edad de 79 años moría en Buenos Aires Juan Domingo Perón a poco más de un año de haber asumido su tercera presidencia y siendo la figura determinante de todo el espectro político argentino.
Su figura era la de un estadista pero, también, la de un padre que ponía orden y ejercía el poder con moderación y equidad a los propios y a los ajenos. Era el último gran mito viviente al que se reverenciaba y que se reconocía a nivel mundial.