El Taller de Sensibilización que se llevó a cabo el pasado 23 de mayo en la Secretaría de la Juventud, surge en respuesta a la demanda del Gremio ante el Ministerio de Desarrollo Social acerca de la necesidad de establecer ciertas diferenciaciones para los trabajadores de escuelas especiales, específicamente para los cocineros y cocineras. Es evidente que la tarea que realizan los trabajadores vinculados con la educación especial es bien diferente a la que realiza, por ejemplo, un cocinero de un comedor escolar convencional. En este marco, se dieron cita una gran cantidad de trabajadores, dirigentes del sector y profesionales especialistas en la temática. 

Fue un encuentro dinámico, con actividades de grupo, en donde se prevaleció la participación activa de los asistentes. La temática del taller se centró principalmente en abordar los distintos conceptos que usualmente utilizamos y particularmente, en las formas de nombrar a una persona con discapacidad. En este sentido, una de las coordinadoras explicó: “ellos mismos han decidido que prefieren la denominación de personas con discapacidad”.

Una de las dinámicas de grupo tuvo por consigna decir en una palabra lo que cada uno, personalmente, tiene para aportar como trabajador y más aun como persona; otra consigna fue escribir qué emociones y sensaciones se nos presentan cuando pensamos en estas personas con discapacidad. Fruto de estas actividades surgieron palabras y conceptos sumamente interesantes y profundos como paciencia, comprensión, amor, empatía, alegría. 

En UPCN creemos que es de fundamental importancia aprovechar al máximo estas instancias de reflexión, ya que nos brindan herramientas que fomentan el fortalecimiento de vínculos interpersonales, favorecen el bienestar de los trabajadores y profundizan el entendimiento en espacios de vital importancia, como puede ser un comedor escolar. 

Tanto en la Administración Pública como en la sociedad, nos queda un largo camino por recorrer, aún hay mucho por hacer en relación a la temática de la discapacidad. Desde el aspecto social e inclusivo, central para el desenvolvimiento de las personas, tenemos mucho por hacer en cuestiones de accesibilidad y condiciones edilicias, igualdad de oportunidades y trato en materia de empleo y capacitación, concientización y efectivo respeto de los derechos. En una representación que llevamos a cabo surgieron dos situaciones muy comunes para una persona que se desplaza en silla de ruedas: es absolutamente complejo moverse por la ciudad; si vamos a una oficina de atención al público, la persona que nos atiene habla con quien lleva la silla de ruedas, no con quien la usa; y si quien brinda la atención es una persona con discapacidad, muchos prefieren esperar a ser atendidos por otro. Existen muchos tabúes y prejuicios, vamos por un cambio real de paradigma que nos posibilite vernos y aceptarnos tal cual somos.  

A pesar de todo esto, es innegable que hoy estamos parados en una situación distinta a la de algunas décadas atrás. Existe en nuestra sociedad un grado importante de toma de conciencia y mayor empatía con las personas con discapacidad, lo que nos está llevando a tomar cartas en el asunto y a trabajar en pos del bienestar de toda la comunidad; hoy no se concibe un edificio sin entrada con rampa o sin baños adaptados para sillas de ruedas, estamos presenciando los cambios reales provocados por la resignificación de la discapacidad y sus condicionantes. Estamos superando el viejo pensamiento oscurantista y discriminador, entrando en el nuevo paradigma, el cual tiene que ver no solo con integrar, sino con que las personas con discapacidad se encuentren en un plano de igualdad. 

Desde UPCN nos parece novedoso y superador que el Estado asuma las diversidades y, sin negarlas, camine junto a los trabajadores hacia una transformación definitiva, abierta e igualitaria.