Juventud

La militancia joven: ¿moda o vanguardia?

 18/10/2012   2441
Como joven y militante, me ocupa y preocupa el sentido y fin de la convocatoria masiva que recibe la juventud en la militancia partidaria actual. En primer lugar, podemos observar que el fenómeno de la movilización de los jóvenes no es ni local, ni parcial, tampoco exclusivamente política y partidaria. Los jóvenes hoy recuperamos espacios vacíos relacionados con la construcción de identidad y la pertenencia.

Tenemos que saber, para andar ya sin rodeos, que en el ámbito social absolutamente todo está atravesado por la ideología. Limpiemos antes el concepto de interpretaciones erróneas para avanzar en nuestro análisis: la ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza nuestro pensamiento, y por lo tanto nuestro accionar. Como seres sociales, nuestras ideas se esparcen espontáneamente en los espacios donde habitamos: el trabajo, la familia, los amigos, entre tantos. Ingenuo es pensar en la neutralidad de la convocatoria militante, como ingenuo es pensar que en política no existen previamente estrategias para llegar a algunos fines. Pero no nos asustemos antes de tiempo, ¡fines también tenemos todos!, de la misma manera que elegimos los medios para dirigirnos hacia la consecución de aquellos fines. El enigma a resolver es el qué, el cómo y el para qué milito.

Habiendo echado luz sobre algunos conceptos oscuros, pensemos ahora en cuál es la diferencia -significativa por cierto- entre la moda y la vanguardia. Mientras que desde UPCN apoyamos tenaz y continuamente un movimiento joven de vanguardia, a la delantera del movimiento obrero, renovando nuestras filas, revitalizando la doctrina y haciendo de la militancia y el compromiso su estilo de vida, otros sectores -tampoco de manera ingenua- motivan la militancia de la juventud con un propósito poco claro.

Sabemos que las modas pasan, esas costumbres que son furor hoy y olvido mañana, es por esto que nos preocupa generar una militancia a conciencia, con compromiso genuino, motivada por propósitos claros y éticos.

El mundo que se nos presenta hoy a los jóvenes tiene muchas ventajas, comparándolo con algunas décadas atrás: tenemos mayores libertades -que a su vez implican mayores responsabilidades-, contamos con mayor capacidad de intervención en la vida pública como colectivo, efectivamente disponemos de más y mejores espacios en puestos de toma de decisión. Pero también debemos ser conscientes de las grandes desventajas de las corrientes reinantes y los paradigmas en boga: el individualismo, los grandes movimientos de masas sin identificación, el liberalismo, el relativismo moral e ideológico. Todas estas situaciones condicionan mas nunca determinan nuestra militancia  -y nuestra vida como ciudadanos- si nos apoyamos y nos sostenemos en esos mínimos parámetros de libertad, luchando para que todos, y no sólo algunos privilegiados, podamos desarrollarnos libremente, apostando al crecimiento sobre estas sólidas bases.

No podemos obviar que algunas veces los jóvenes, arrastrados por el aislamiento, la soledad, la falta de identidad y la ausencia de sentimientos de pertenencia, podemos caer en tentadores slogans que nos prometen algo muy importante, pertenecer; pero cuando las promesas esconden bajo la solapa fines que desconocemos significa "pertenecer hoy a nada, para finalmente no pertenecer". Descubramos como jóvenes la militancia en la convicción, en la transparencia, en la intervención social, en la participación activa y solidaria. La verdad es el único camino hacia la libertad, entonces propongámonos asumir esta gran responsabilidad de militancia en el conocimiento pleno de nuestros objetivos, medios y fines,para participar con responsabilidad social y compromiso verdadero. Las modas pasan, mientras que las vanguardias pueden cambiar sus actores pero nunca su delantera.

(*) Nota publicada en la revista Nº 20 - Enlace Sindical
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