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Relaciones internacionales

El 1° de Mayo de la Pandemia

 02/05/2020   1028

EL 1° de MAYO DE LA PANDEMIA

Publicado en la Revista Virtual Identidad Colectiva el 3 de mayo de 2020

https://identidadcolectiva.com.ar/el-1-de-mayo-de-la-pandemia/


Autor: Federico Dávila[1]

Buenos Aires, 1 de mayo de 2020

 

Un primero de mayo de 1886

 

En este nuevo aniversario del 1° de mayo de 1886, del que ya pasaron 134 años, conmemoramos las luchas por una jornada laboral de 8 hs.[2]. Un hecho, que no fue espontáneo, sino que fue posible por los valores, las convicciones, la unidad, la organización y la solidaridad de sus gestores: la clase trabajadora, los oprimidos de aquellos días. Un hecho que de alguna manera representa las inumerables grandes y pequeñas luchas que se libraban en un mundo que ya estaba inmerso en los efectos de la segunda revolución industrial. Un hecho que, en definitiva, ha continuado templando y fortaleciendo el espíritu de la clase trabajadora hasta nuestros días.

 

Las luchas de hoy. La ISP

 

Analizando las luchas mencionadas podemos deducir que las mismas se han mantenido hasta nuestros días y, sin lugar a dudas,  continuarán en el futuro mientras siga habiendo opresores y oprimidos;  mientras exista un capitalismo salvaje conducido por una oligarquía financiera internacional cuyos principales “valores” son la codicia, la avaricia y el egoísmo.

 

Luchas que hoy, en el sector público son llevadas a cabo por la Internacional de Servicios Públicos (ISP)[3]  y que podemos sintetizarlas en estos puntos:

·       Derechos laborales y sindicales: Diálogo Social, Negociación Colectiva, Convenios Colectivos de Trabajo, Derecho a huelga


·       Justicia Fiscal: por una imposición progresiva y no regresiva, contra la evasión y elusión impositiva, los llamados “paraísos” o “guaridas” fiscales, los precios de transferencia adulterados, etc


·       Comercio y Economía Justa: no solo en cuanto a la cadena de suministros sino en lo concerniente a patentes y propiedad intelectual y otras cláusulas de los tratados de “libre” comercio perjudiciales para muchos países.  

·       Economía digital y Control de Datos.


·       Combate a todo tipo de discriminación: raza, ideas, religión, sexo, nacionalidad, etc.

·       

CoContra la violencia y el acoso en los ámbitos del trabajo y, particularmente, por la ratificación del Convenio 190 y la recomendación 206 Organización Internacional del Trabajo (OIT)


·       Los derechos de la mujer y los jóvenes


·       La equidad de género


·       La defensa del medio ambiente, de “la casa común” entendiendo que el derecho a vivir en un ambiente sano debería ser incluido en la Carta de las Naciones Unidas como un nuevo derecho humano


·       La deuda externa y las normas respecto de las inversiones internacionales. Contra las políticas abusivas de la Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) que incluyen tribunales privados de arbitraje.


·       Los Servicios Públicos de Calidad, y de acceso a toda la comunidad, de salud, educación, seguridad, agua, energía, saneamiento, etc.


·       Reestatización de Servicios Públicos esenciales

 

Si bien estás luchas continúan, las mismas se han visto alteradas en cada país como consecuencia de fuertes cambios políticos y sociales recientes, en algunos casos producto de la pandemia que azota el planeta. Analizaremos, entonces, los principales cambios en Argentina.

 

Argentina. Un nuevo escenario político y social

 

Efectivamente, entendemos que no podemos analizar los efectos de la pandemia que nos afecta sin hacer una breve referencia al escenario político en el que estamos inmersos.

 

Al respecto, podemos concluir que el evento más significativo de estos últimos meses ha sido el triunfo electoral del  Frente de Todos (alianza de varios partidos políticos que incluye, fundamentalmente, al peronismo) y el consecuente cambio de gobierno a partir del 10 de diciembre último; lo que en términos políticos se expresa en una mayor expectativa para los sectores más postergados y, obviamente, para el movimiento obrero en particular. 

Sin embargo, y pese a los esfuerzos que se realizan, aún no se están pudiendo resolver los problemas de la inflación y la deuda externa. Aunque, respecto de esta última, y a consecuencia de los efectos económicos de la pandemia, el gobierno, apoyado por la CGT[4] y otros actores sociales, ha definido su claro posicionamiento frente a los acreedores externos proponiendo la extensión de los plazos de pagos, la reducción tasa de interés y de capital de modo tal que dicha deuda sea sustentable en términos de PBI. Ante esto, se espera que los inversores externos inicien demandas judiciales (Privados al Estado) que habrá que ver como se encaran, ya que estos se encuentran amparados por tratados internacionales y un sistema judicial que favorece claramente a los inversores en detrimento de los Estados nacionales.

Una situación muy difícil en el marco de la recesión que ya había comenzado pero que se agudiza como uno de los efectos menos deseados de la pandemia que estamos padeciendo y que impacta en todos los aspectos de nuestras vidas en términos políticos, sociales, económicos y culturales entre otros.

 

La pandemia[5]

En efecto, esta pandemia nos está modificando todos los escenarios y actitudes frente a los mismos. En nuestro país, como ha ocurrido en la mayoría de los países afectados[6], el gobierno,  acertadamente, ha privilegiado la vida por sobre la economía. Aunque, naturalmente, se busca salir gradualmente del aislamiento social a efectos reactivar la economía de modo tal que la misma sea sustentable. Claramente “la economía debe estar al servicios del hombre y no el hombre al servicio de la economía”[7]

En lo que hace específicamente al funcionamiento del Estado, podemos afirmar que funcionan sus tres poderes[8] tanto de modo presencial como a través del teletrabajo[9], según las distintas realidades y necesidades. Asimismo, se ha determinado que los salarios del empleo público no se tocan y que no habrá despidos. Con respecto, específicamente al sector salud, se ha establecido una Mesa de Diálogo con el gobierno en la que se han logrado, entre otras cosas, el reconocimiento del COVID19 como enfermedad de trabajo y un incremento salarial para los trabajadores del sector.

En este escenario, es de destacar la fluida relación del gobierno con distintos actores sociales, particularmente con la CGT, y cámaras empresarias que han constituido un Comité Anticrisis para atender la especial coyuntura pero, al mismo tiempo, se está trabajando en la constitución de un Consejo Económico y Social de características más amplias y permanente. Y, asimismo, el significativo aporte  de los sindicatos, en el combate a la pandemia, que han puesto a disposición toda la infraestructura sus Obras Sociales: hospitales, hoteles, infraestructuras recreativas, polideportivos y también en la producción de barbijos, camisolines, alcohol en gel, etc. Obras Sociales que integran el Sistema Solidario de Salud y que prestan sus servicios al 40% de la población (otro 30% lo presta el Estado y el 30% restante las empresas con fines de lucro)

Una enseñanza que nos está dejando este complejo escenario es la ineficacia del “mercado” para resolver los problemas que son competencias y  funciones básicas del Estado como la salud de la población. Y la otra es que la solución la está encabezando ese Estado (que sin sus trabajadores no funcionaría), conjuntamente a las principales organizaciones sindicales, sociales y empresarias. Está claro, por lo tanto, que lo que no puede resolver el mercado, sí puede resolverlo una “comunidad organizada”. 

Reflexión final

 

Por último, pero retomando lo planteado al comienzo, debemos señalar que en este camino recorrido desde aquel 1° de Mayo, hemos podido reconocer  claramente nuestro enemigo común: el “capitalismo salvaje” encarnado en la “oligarquía financiera internacional” que permanentemente oprime a los pueblos, que intenta dividirlos y está guiada por la codicia, la avaricia y el egoísmo.

 

Y, por lo tanto, nosotros, como clase trabajadora, como organizaciones sociales y libres del pueblo, a la fragmentación le respondemos con unidad y organización fortaleciendo nuestras organizaciones sindicales. Y a la codicia, la avaricia y el egoísmo le oponemos nuestra solidaridad, nuestras firmes convicciones y nuestra incansable lucha por la justicia social y la felicidad de nuestros pueblos; sabiendo que unidos no solo no nos vencerán, sino que unidos triunfaremos!!!

 

 



[1] Lic. en Comercio Internacional (UNLu), Especialista en Relaciones Internacionales (UNINTER), Subsecretario de Relaciones Internacionales de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y Vicepresidente de la Internacional de Servicios Públicos (ISP).

[2] La idea era 8 para trabajar, 8 para compartir con la familia y el ocio y 8 para el descanso;

[3] La ISP es uno de los ocho sindicatos globales por rama de actividad y representa más de 20 millones de trabajadores públicos organizados en sindicatos de 164 países y del que UPCN es miembro desde hace más de tres décadas.

[4] Confederación General del Trabajo de la República Argentina

[5] Producto del nuevo COVID19

[6] No así en algunos países del continente como, por ejemplo,  EEUU, Brasil, Nicaragua y, en menor medida, Chile y Uruguay

[7] Juan Domingo Perón en innumerables escritos y discursos

[8] Ejecutivo, Legislativo y Judicial

[9] Un tema que desde el punto de vista gremial debemos abordar con mayor determinación y resolver rápidamente es todo lo referente al teletrabajo;   surgido con mayor énfasis a partir de la actual pandemia. En este sentido se están planteando varios problemas que debemos analizar desde nuestra perspectiva: el tiempo de trabajo y el derecho a la desconexión, accidentes de trabajo, costos adicionales, violencia y acoso, tareas de otras áreas o puestos de trabajo que no correspondan, etc. como así también problemas vinculados a la actividad y la organización sindical.

 

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