Se cumplen 200 años del
fallecimiento del creador de nuestra bandera que junto con el Gral. Don José de
San Martín, con el que compartían una entrañable amistad, forman parte de
nuestro Panteón de héroes que lucharon por nuestra independencia, por nuestra soberanía
y por una sociedad mas justa integrando a ella a aquellos sectores olvidados o
aun esclavizados en la época de la Independencia.-
A continuación la Cra. Maria Del Carmen Barcia nos ha aportado
uno de los textos que formaran parte de los cuadernillos de San Martín.
Esperamos crear el estimulo para la participación de los Cr@s en los Concursos
Participativos.-
EL MITO DE YATASTO
Maria Del Carmen Barcia
El primer móvil del mito es procurar una explicación del mundo y sus fenómenos.
Si buscamos la palabra mito en el diccionario, refiere a “fábula, ficción,
tradición alegórica, especialmente en materia religiosa//por extensión, cosa
inverosímil”.
La etimología del término mítico, que proviene del griego mythos (fábula,
leyenda) aparece hacia 1884, como sinónimo de teogónico, legendario, divino.
Bartolomé Mitre, junto a Vicente Fidel López, fueron los historiadores que
aseveraron que el 18 de enero de 1814 se produjo el encuentro entre dos de las
figuras más insignes de nuestra historia: Manuel Belgrano y José Francisco de
San Martín. Y que ese encuentro se produjo en la Posta de Yatasto, entre las
actuales ciudades salteñas de Metán y Rosario de la Frontera.
Manuel Belgrano, héroe de nuestra independencia, abogado de profesión, nunca
había abrazado las armas. Eso no le impidió triunfar en las batallas de Tucumán
(septiembre de 1812) y Salta (febrero de 1813). Belgrano, a cargo del Ejército
Auxiliar del Alto Perú, con la rendición incondicional de los realistas en
ambas batallas, había garantizado el control del gobierno sobre territorios
norteños que habían formado parte del Virreinato del Río de la Plata,
permitiendo a los patriotas recuperar el control del Alto Perú.
Por su parte, José de San Martín tenía como experiencia el triunfo del Combate
de San Lorenzo, actual territorio santafesino (febrero de 1813), en la que
fuera la única batalla librada por el entonces coronel y su Regimiento de
Granaderos a Caballo, por él creado.
Dos vidas paralelas en la lucha independentista contra el ejército realista.
Dos pasiones libertarias, pese a que el origen de ambos fuera diferente.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano había estudiado Leyes en la
Universidad de Salamanca (España) e idiomas (inglés, francés e italiano). Los 8
años vividos en España, se había nutrido de pensamiento epocal de la corona
española, donde la riqueza se originaba en la cultura, con crucial importancia
en la tierra, su explotación y las virtudes del comercio. Imbuido del
pensamiento de Rousseau, Quesnay, Locke, D’Alembert y otros, su preocupación
por la educación se manifestó tan pronto regresara de Europa.
Por su parte, San Martín, nacido en Yapeyú, a los 6 años se radicó con su
familia en Málaga y desde muy joven había abrazado la carrera de las armas,
haciendo su carrera militar en el Ejército de Murcia. Combatió en el norte de
África y contra el ejército napoleónico que dominaba España. Cuando regresa al
Río de la Plata, en 1812 y con 32 años, se pone al servicio del Ejército
Libertador.
Estos dos patriotas habían mantenido un frondoso intercambio epistolar:
Belgrano admiraba a San Martín, ante quien desnudaba su corazón, narrándole las
penurias que él y su ejército atravesaban, olvidado –como decía- por un
gobierno que no sólo lo había abandonado, sino que lo le proveía los pertrechos
necesarios para el combate. Luego de las derrotas de Vilcapugio (octubre de
1813) y la batalla de Ayohuma (noviembre de 1813), la moral del ejército
belgraniano estaba decaída. Pese a las deserciones, el espíritu de Belgrano
permanecía incólume.
La sinceridad y pureza de ese abogado advenido militar por delegación del
Directorio, impactaron en San Martín, a quien el Directorio había encomendado
reemplazar a Belgrano para enviarlo a la Capital para ser juzgado. Nadie le
había informado a Belgrano el propósito la orden dada a San Martín, que se
niega a cumplir el propósito de desplazarlo.
Belgrano, muy crítico con las autoridades de Buenos Aires, había reclamado
insumos para mantener su ejército, y –de lo contrario- como expresara en una
misiva había que disolverlo.
La admiración entre ambos crecía, a la par que la sincera correspondencia entre
ambos enriquecía a loa dos patriotas. San Martín, con su experiencia, le aconsejaba
que la caballería fuera armada con lanzas y no con armas de fuego, Belgrano,
por su lado, agradecía la experiencia del futuro Libertador de América.
Finalmente, el 11 de enero de 1814 San Martín llegó a Tucumán, partiendo a
Salta a pedido de Belgrano. A fines de enero, se encuentran finalmente Manuel
Belgrano Y José de San Martín. Belgrano se pone a las órdenes de San Martín
El lugar del encuentro, según Mitre, fue la Posta de Yatasto. En ese dato
coinciden López, Pacífico Otero, Ricardo Rojas y Ricardo Levene.
Y acá comienza el mito. El Dr. Alfredo Gárgaro prueba que: “La llamada posta de
Yatasto nunca existió ni menos que en ella se dieran en 1814 el histórico
abrazo del encuentro San Martín y Belgrano. Se basa en el minucioso estudio de
documentaciones.
Del mismo modo, el Dr. Pérez Amuchástegui, destaca discretamente que “no existe
documento alguno que autorice a afirmar que San Martín y Belgrano se
encontraron por primera vez en Yatasto, y aporta documentos que afirman, según
fecha Belgrano, la localidad de “Juntas”, “Estancia de las Juntas” y “Estancia
de las Juntas enfrente de Yatasto”.
Julio Alberto Benencia expresa que el encuentro pudo haber sido en La Posta de
Algarrobos.
No sería la primera vez que Mitre fuera desmentido: cuando encomienda a Adolfo
Saldías a escribir la historia de otro de nuestros insignes patriotas, Don Juan
Manuel de Rosas, a quien consideraba El Tirano; Saldías se documenta en Buenos
Aires y en Europa, y rebate la historia mitrista, escribiendo “La historia de
Rosas y su tiempo, en tres tomos de 1881, 1884 y 1887.
MITO O NO MITO, YATASTO NOS PERTENECE
No obstante, la locación, que fuera propiedad de Vicente Toledo y Pimentel,-
que apoyó a los ejércitos insurgentes, donando vacas y caballos- formaba parte
de su estancia.
La Posta de Yatasto fue declarada Monumento Histórico Nacional el 14 de julio
de 1942 por decreto 95687. En 1950, sus antiguos propietarios la donaron al
Estado Argentino en 1950, y desde entonces, funciona como un Museo.
Los pueblos necesitan sus mitos y leyendas como elemento organizador de su
nacionalidad. Poco importa si Yatasto fue o no el lugar del encuentro entre los
dos grandes próceres de nuestra historia.
Lo que sí importa, es que los corazones de los argentinos siguen latiendo al
compás de la historia que hicieron nuestros héroes.
BIBLIOGRAFÍA:
Gárgaro, Alfredo: “San Martín en el Ejército del Norte” (Revista San Martín)
(Instituto Nacional Sanmartiniano Nº 35.
López, Vicente Fidel: “Historia de la República Argentina”. Descarga PDF.
Paz Reguera, Héctor: “La Posta de Yatasto”. Goya, Corrientes, 1959 (Ejemplar
del Hon. Congreso nacional)
Pérez Amuchástegui: 2El encuentro de San Martín y Belgrano”. Instituto
Belgraniano de Salta. Salta, 1957.
Rosa, José María: “Historia Argentina. Volumen 8. La Argentina del 80”.
Editorial Oriente. Buenos Aires, 1992.