Empezamosdiseñando las letras. Comenzamos en las primeras horas de un lunes siendo pocospero fue cuestión de tiempo para que crezcamos en número. Diseñamos los moldes,recortamos las formas y comenzamos a marcar las medidas, letra por letra. Fuecuestión de tiempo para que cometamos el primer error y la sugerencia fue lavarla bandera para remover las manchas de lápiz. Más allá de las ideas de algunosy las dudas de otros, vimos convenientes seguir el consejo que dijo uncompañero: ?Las banderas no se lavan?

                Continuamoscon la creación. Una medida, un mate, un trazo, un chiste, un error y ?Lasbanderas no se lavan?, los colores, otro mate, una mezcla, una pisada y ?lasbanderas no se lavan?, un relleno, un dibujo, un detalle, la costura, las risas,la pintura corrida y ?las banderas no se lavan?. Y es que, después de todo,cada marca es una anécdota, cada error un aprendizaje y cada huella no planeadaes fruto de la buena voluntad, de las ganas participar, de sonrisas enconjunto.

Todo lo que imprimimos en la tela es fruto de una pasión yfruto del compañerismo. Y así levantamos ese fruto, caminamos con él, lo sometemosal viento, a la tierra de las calles y las llenamos del sentimiento depertenecer a este lugar tan hermoso, que es UPCN

LAS BANDERAS NO SE LAVAN? PORQUE LAS BANDERAS NO SE MANCHAN,SE LLENAN DE RECUERDOS.