UPCN Digital
Cultura

Adiós al Compañero Alberto González Arzac

 12/06/2014   3949


El pasado 5 de junio falleció Alberto González Arzac, Presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.

Amigo de nuestro gremio, en 2011 había distinguido al compañero Andrés Rodríguez por la donación del monumento a José Hernández, que UPCN donara a la ciudad de Buenos Aires.


Compartimos las palabras que le dedicara el compañero José Luis Muñoz Azpiri (h).


Un nuevo compañero hace guardia sobre los luceros


"¡Quéamigo de sus amigos!

¡Quéseñor para criados

Yparientes!

¡Quéenemigo de enemigos!

¡QuéMaestre de esforzados

Yvalientes!

¡Quéseso para discretos!

¡Quégracias para donosos!

¡Quérazón!

¡Cuánbenigno a los sujetos,

Ya los bravos y dañosos

Unleón!


"Los libros deAlberto González Arzac son una fiesta para el espíritu y para la inteligencia:resultan de una trayectoria política intachable; de una defensa permanente delos intereses nacionales y populares; del análisis riguroso de temasfundamentales; y se concretan en lúcidos trabajos de doctrina e investigación,expresados en muy buena prosa. Por eso no solo ilustran, sino que da gustoleerlos y además no envejecen. (...) Resulta notorio el contraste con lasdecenas de libros de chismes políticos que se publican, cuyo nivel deabstracción más alto es la anécdota. Alberto González Arzac está en la línea yla estirpe de los juristas e historiadores argentinos ilustres, defensores delas conquistas y las instituciones inherentes a una Nación libre, justa ysoberana, como Arturo Sampay, Pedro Ramella, Diego Luis Molinari y José MaríaRosa. este libro es una prueba más" escribió no hace mucho Alfredo EricCalcagno al referirse a "Constitución y factores de poder", uno delos últimos libros de la prolífica y fecunda obra intelectual de nuestroAlberto.

Conocí a Alberto González Arzac a mediados de la décadade los ochenta cuando de a poco nos reponíamos del desastre del Malvinas y dela primera derrota electoral del Peronismo. Eran tiempos de febril actividadpolítica signada por un marco internacional adverso y por la agitación internaque produjo el juzgamiento de las Juntas militares de la última dictadura. En1983 habíamos fundado el "Centro de Estudios Políticos" presidido porun gran amigo: Fermín Chávez y solíamos reunirnos en los tradicionales"pucheros" del legendario "Círculo del Plata" que dirigíasu fundador, don Marcelo Sánchez Sorondo. Todo el Parnaso político disertó enla casona de la calle Bolívar 887, con la más absoluta libertad, aúnrepresentado expresiones políticas no muy afines con las que compartía lamayoría de los asistentes. Alberto fue siempre, cuando asistía, una de lafiguras descollantes.

Jurista e historiador, había nacido en la ciudad de Mardel Plata el 27 de enero de 1937 dado que su padre fue un alto oficial de laMarina de Guerra. Nació y creció en la plaza pública, al decir de Avellaneda,como aquellos hijos de Amílcar o de Asdrúbal "que nacían en los campamentos de la travesía sobre los escudos dearmas de Cartago" Su vocación fue la vida pública.

Hizo sus estudios primarios en el barrio de Núñez deBuenos Aires y continuó cursando en el Colegio Nacional y en la Universidad deLa Plata, para recibirse de Doctor de Ciencias Jurídicas y Sociales de LaPlata. en la década de 1950 militó en la juventud radical platense y, en ladécada siguiente, trasbordó al peronismo. González Arzac fue uno de los pocosejemplos de los que se hicieron justicialista "en las malas", no comoalgunos patéticos ejemplos que hemos visto en los últimos tiempos. En 1956 tuvoque ver lo la creación del gremio de Empleados Judiciales; realizó cursos deespecialización y escribió sus primeros trabajos jurídicos y sociales. En 1962el Consejo Federal de Inversiones le editó un libro sobre la ZonaLatinoamericana de Libre Comercio. Por esa época comenzó su reivindicación dela Constitución de 1949, con textos en revistas como Todo es Historia y Polémica.Uno de sus últimos aportes a dicho tema apareció en Desmemoria ( enero-abril 2000), titulado "Los Figuerola y laConstitución". Entre sus libros se destacan: La Constitución de 1949 (1971);Laesclavitud en la Argentina (1973); Lineamientos Regionales del Plan Trienal(1973); El papelón de Manuel Quintana (1974); Sampay y la constitución delfuturo (1982); La torta Menguante (1982); Federalismoy Justicialismo (1984); Caudillos y Constituciones (1994); PabloRamella, un jurista en el Parlamento (1999); De Angelis y las Malvinas(2008); El pensamiento filosófico de Pedro de Angelis (2008); Elpensamiento constitucional de San Martín (2008); La época de Rosas (2012) Constitucióny factores de poder (2012) y otros.

Ocupó funcionas tales como Secretario General de laGobernación de Buenos Aires (1962-63), Asimismo del Consejo federal deInversiones (1973-1976), e Inspector General de Justicia de la Nación(1989-90). En 1990 denunció airadamente las privatizaciones de Entel yAerolíneas Argentinas y renunció a su cargo: Tuvo cátedras en las Universidadesde Buenos Aires, de Lomas de Zamora y en la John F. Kennedy.

Una faceta menos conocida fue su actuación como ARGA,seudónimo humorístico y caricaturesco que Alberto Ricardo González Arzac usópara realizar dibujos y tiras cómicas en la prensa militante desde más de mediosiglo atrás dado que había estudiado dibujo y pintura en la Escuela de BellasArtes de la Universidad Nacional de La Plata. Las bellas artes también fueronobjeto de sus inclinaciones, caracterizadas por el cultivo de lasmanifestaciones artísticas en todas sus expresiones. Prueba de ello, sumagnífica creación coral de la "Cantata Sudamericana" que recorrió elpaís y parte de Hispanoamérica. Esas mismas iniciales utilizó en colaboracioneshumorísticas de la revista "Quehacer Nacional", dirigida por ArturoPeña Lillo, en la década del 80; allí incursionó en la sátira a través de"cartas abiertas" que cuestionaron duramente al último procesomilitar. Otro tanto realizó en su libro "La torta Menguante", entiras económicas del diario "La Voz", artículos en la revista"Línea" y otros de su actuación periodístico. Con el seudónimo ARGAfue publicando sendos trabajos sobre la caricatura en la época de Rivadavia yde Rosas y un "Manual sobre Zoología Presidencial. Durante todo el año2006, recordando el bicentenario de la Reconquista, la revista ABC publicó"Aventuras de corsarios en Buenos Aires" y en el 2011,"Historieta de los golpes de Estado".

Una de sus últimas iniciativas fue la realización de lasjornadas "Aportes del Revisionismo a la Historia Nacional" realizadaen los meses de julio y agosto del año pasado en la Biblioteca Nacional. En lasmismas, lamentablemente, no pudo participar dado que ya su salud había entradoen declive. Llegado el momento de la vida en el cual podía acogerse a losbeneficios de la tranquilidad y las afabilidades del retiro, no trepidó enaceptar el desafío de representar al Estado como Síndico ante Papel Prensa yasumir como Presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas"Juan Manuel de Rosas" dependiente del actual Ministerio de Culturade la Nación.

"Era siempre impetuoso y habíaaprendido además a contenerse. Creía en las fuerzas populares y respetaba losgrandes intereses sociales. Era audaz ante el peligro como en los días primerosde su juventud pero sabía agregar a la audacia la firmeza en los mismospropósitos" dijo el presidente Avellaneda en lasexequias de Adolfo Alsina. Así de consecuente fue este militante, conscienteque estas nuevas responsabilidades significaban -tanto en el plano físico comoen el simbólico- una inmolación.

González Arzac fue siempre un político. Hoy "lospolíticos" no están de moda, tal vez por su mediocridad; pero noexageremos, despreciando al rudo jardinero que remueve abajo para que florezcaarriba. Alberto González Arzac tuvo la ventaja de estudiar primero en la vidaque en los libros. Es peligroso concluir la formación mental antes de vivir, envez de un hombre resulta un sonámbulo de biblioteca.

Tal vez fincó su eficacia en estar en constanteevolución, desprovisto de sistemas, pero siempre encuadrado en el camponacional. Así, libre de ataduras, se entregó a su gran instinto, sin tomar  a la realidad del país como conejo deexperimentación de sus ideologías. Enardecía a sus auditorios con sus noblespasiones, pero sabía y podía contenerlas.

El mismo día de su deceso fuimos sorprendidos  con el nombramiento estrambótico de unfuncionario a quien - si bien no ponemos en duda sus méritos académicos - portrayectoria política y por definición ideológica, no consideramos la personamás idónea para representar un "Pensamiento Nacional" del cual adjuróapenas aceptó el nombramiento. Y esto es tan solo la continuación de lapropuesta de escribas de menor cuantía, que proclaman "traicionar" elpensamiento de los Grandes Maestros en una Ordalía o acto propiciatorio de talmanera "superarlos y entrar en la modernidad". También podríamosdemoler los monumentos a los héroes de la independencia para solicitar nuestroingreso a la Unión Europea.

Ahora descubrimos que los que fatigaron despachos en lasadministraciones de turno, para encontrar lugar entre los portadores de lalitera del cónsul o magistrado del momento, son fiscales de la historia y de laPatria. Pero no con el desinterés de un Cincinato sino con la avidez de uncortesano. Incluso, los miembros del "Instituto" que presidía tandignamente, algunos de trayectorias guadalosas e inquietantes, fueron incapacesde enviar una corona de flores a su funeral y solo días después de su muertepublicaron una mención en el obituario de los diarios. Cuando depositamos susrestos en la bóveda familiar en la ciudad de La Plata, tan solo dos de losintegrantes del mismo - quienes fuimos sus más fieles colaboradores -acompañamos a su "hijo adoptivo", Facundo Biagosch, en el últimoadiós.

Esta es la moneda con que pagan las almas impuras y losespíritus mezquinos. Alberto tenía ese magnetismo poderoso que orienta todaslas agujas hacia el mismo norte, que en el fondo debe ser una acumulación devida ultrapotente. Me lo imagino interrogando "¿Qué les pasa?",agregando la palabra viril y argentina con la que los capitanes de laReconquista y Defensa de Buenos Aires y los defensores de la Vuelta de Obligadollevaban sus soldados  a la muerte.Merecía el entierro de un César y aún espera a su Marco Antonio.

Quisiera tomar como propias las palabras de OctavioAmadeo al despedirse de Adolfo Alsina, otro arquetipo al que nos gustabaremontarnos: "Su muerte fue como el hundimiento en el mar de un buqueinsignia; poco después las aguas se aquietaron sobre lo irreparable, paraprobar una vez más cuán efímeros pasan los hombres por la vida"

El 5 de junio de 2014 llevamos su silencio al sonar delas campanas.

Buen viaje, amigo.

UPCN Copyrights © 2018 Todos los derechos reservados.